Qué bellos momentos son los que compartimos con amigos y,
especialmente, si lo seguimos siendo por más de cuarenta años.
Las amistades pueden durar mucho si hay ideales comunes y si
alimentamos la mente con pensamientos sanos, constructivos y positivos.
Esto me hace recordar una enseñanza que di hace un tiempo.
Si buscas relacionarte con un maestro, ¿en qué te vas a
fijar? Si es maestro carpintero, lo que te importa es que haga lindos muebles.
Si es un maestro de cocina, en que te guste su comida. No debes fijarte en cómo
es su vida privada, de qué línea política es o si tiene tal o cual religión. Lo
que te importa es que sea experto en su oficio para disfrutar de su experiencia.
Si se trata de un maestro espiritual, en un orientador, en un coach o en un
líder, fíjate en lo que enseña y en cómo transmite su experiencia. No pierdas
tiempo en juzgarlo porque esto solamente te hará perder tiempo en lo que no es importante,
y además, porque al no tener su camino de años para llegar a su maestría, jamás
podrás entender su vida. Ese ser tiene otro destino y otras motivaciones
distintas a las tuyas.
Conviene aprender a respetarse y a respetar.
Sergio Valdivia Correa
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